Tanto los rellenos de pluma y plumón como los acrílicos se pueden lavar en casa si la capacidad de la lavadora lo permite. Es aconsejable, siempre que la tela del relleno lo acepte, el secado en secadora o, en su defecto, al aire libre extendidos sin que el sol les dé directamente ya que de este modo se impide la proliferación de bacterias y se consigue así que el plumón vuelva a coger su volumen original. Para evitar que se apelmacen las plumas o el relleno acrílico, se recomienda introducir tanto en la lavadora como en la secadora un par de bolas de secado o unas pelotas de tenis.
El lavado en tintorería es la mejor opción para nórdicos grandes o que sean delicados. Los especiales tratamientos profesionales de este tipo de establecimientos permiten una correcta desinfección y que vuelvan a estar en perfectas condiciones de uso para el invierno siguiente.
La frecuencia del lavado de los nórdicos va a depender del uso que se la haya dado. Lo más recomendable es el lavado anual, como mínimo, aunque otros estiman preferible alternar lavado con un buen aireado en años alternos. En cualquier caso, debemos de evitar guardarlo sucio o con mal olor y siempre debe de lavarse si hay mascotas en casa que se suban a la cama.
En cuanto al almacenamiento de los rellenos nórdicos se recomienda adquirir una bolsa de tela, preferiblemente de algodón, ya que permite la transpiración y evita que el edredón acabe con manchas de humedad o malos olores. Las bolsas de plástico no son aconsejables para un buen cuidado rellenos.
Tampoco es excesivamente recomendable el uso de bolsas para envasado al vacío, ya que al comprimir las plumas estas puede perder cualidades aun cuando se recupere la forma. Los rellenos sintéticos se ven menos perjudicados por este sistema, pero aun así es preferible no recurrir al mismo más que en casos en los que no sea posible realizar el almacenamiento de otro modo.
Cuando los guardemos, no se deben de poner sobre el edredón nórdico ningún objeto pesado que pueda aplastar demasiado la bolsa. El lugar idóneo es un sitio seco sin ningún tipo de humedad que pueda dar lugar a la proliferación de hongos o bacterias.
Antes de utilizar un relleno nórdico tras haber permanecido guardado varios meses se recomienda que se extienda y se airee. Se debe de comprobar que el relleno no está apelmazado y que no hay manchas de humedad.
Ya puedes despedirte de tu nórdico hasta el próximo invierno y saber que cuando vuelva el frío nuestro edredón estará en perfectas condiciones.